Niños con Hiperactividad y pantallas

4.jpg

Analizamos los efectos de la tecnología en los niños con hiperactividad y ofrecemos algunos consejos profesionales que te ayudarán a protegerlos

A lo largo de la última década de mi carrera, he sido testigo de la consolidación de dos tendencias diferentes. La primera es el considerable incremento que se ha producido en el número de diagnósticos de trastorno por déficit de atención e hiperactividad en niños. La segunda es el aumento del consumo de la tecnología por parte de los niños en forma de smartphones, iPads, etc., a edades cada vez más tempranas, que ha pasado de unos minutos al día en 2011 a 48 minutos al día en 2017. A la vista de esta realidad relativamente nueva, los padres acuden a mi consulta en busca de orientación para resolver sus dudas sobre los efectos que las pantallas pueden tener en los niños, especialmente en el caso de aquellos a los que se les ha diagnosticado TDAH. Concretamente, se preguntan por qué las pantallas resultan tan fascinantes para los niños con este trastorno, y si esta fascinación es la causa o una consecuencia del mismo. ¿Las pantallas son beneficiosas o perjudiciales?

Antes de empezar a responder a estas preguntas, es necesario recordar por qué la atención es tan importante en primer lugar. La atención es una habilidad que nos permite percibir el mundo que nos rodea y que se desarrolla a medida que crecemos. Cuando somos bebés, únicamente prestamos atención a sensaciones como el hambre o el sueño. Parte del proceso de crecimiento consiste en desarrollar nuestra capacidad de atender a diferentes estímulos móviles y aprender progresivamente a controlar nuestra capacidad de atención hasta llegar a ser capaces de concentrarnos en una tarea independientemente de las posibles distracciones, como cuando prestábamos atención a un profesor mientras nuestros compañeros hacían bromas. Aprender a controlar la atención y a ignorar las distracciones permitirá a los niños concentrarse, aprender y alcanzar sus objetivos.

El problema de los niños con TDAH reside principalmente en su capacidad para concentrar su atención directa de forma sostenida en el tiempo. Eso significa que tienen más problemas que el resto de la población para concentrar su atención en tareas que requieren un esfuerzo mental. Muchos niños hiperactivos no paran quietos ni un segundo, pero la situación cambia cuando están delante de una pantalla. De repente son capaces de quedarse callados y apenas parpadean. Lo mismo puede decirse de muchos otros niños, pero resulta mucho más evidente en el caso de los niños que sufren TDAH.

¿A qué se debe esto? ¿Y por qué esta actitud es, irónicamente, tan parecida a la concentración? Cuando los niños con TDAH usan móviles, tabletas u ordenadores, estos no les exigen necesariamente una atención continuada. Por ejemplo, los videojuegos les proporcionan refuerzos rápidos en forma de puntos o premios, por lo que pueden pasarse horas delante de la pantalla. Muchos programas de televisión utilizan la misma estrategia: están diseñados para proporcionarnos entretenimiento en breves, pero intenso periodos de tiempo.

Si los niños estén entretenidos, ¿dónde reside el problema? Un estudio publicado por la revista Pediatrics confirma que los niños que pasan más tiempo delante de la pantalla presentan un mayor riesgo de sufrir trastornos de la atención en el futuro. De hecho, hay suficientes estudios que indican que los niños que están en contacto de forma habitual con dispositivos móviles, tabletas u ordenadores son más irritables y muestran una menor capacidad de atención, memoria y concentración que los que no lo están.

...los niños que están en contacto de forma habitual con dispositivos móviles, tabletas u ordenadores son más irritables y muestran una menor capacidad de atención, memoria y concentración que los que no lo están.

¿Los niños con TDAH tienen un mayor riesgo de ser adictos a las pantallas?

Los niños que sufren TDAH tienen problemas para concentrarse durante largos periodos de tiempo, pero cuando están jugando con móviles, tabletas, etc., están más tiempo concentrados en los dispositivos porque reciben continuamente una respuesta inmediata a sus acciones. Por eso, los niños que sufren este tipo de trastornos tienen más probabilidades de hacer un uso excesivo e inadecuado de la tecnología, lo que les acaba generando problemas de ansiedad, trastornos del sueño, obesidad, agresividad y otro tipo de patologías.

¿Cómo podemos evitar que los niños con TDAH hagan un uso excesivo de la tecnología o desarrollen una adicción a ella?

  • Establece pautas sencillas y comprensibles para el día a día. Los límites son importantes y saludables para todos los niños, pero son aún más necesarios en el caso de los niños con TDAH. Establece límites de tiempo estrictos, asegúrate de que tus hijos no utilizan dispositivos electrónicos durante las horas de sueño (ni una hora antes de irse a la cama) y supervisa los contenidos a los que acceden. En estos casos, las aplicaciones de control parental son nuestra mejor herramienta, ya que nos permiten establecer reglas y asegurarnos de que nuestros hijos las respetan.

  • Evita usar dispositivos móviles para distraer o tranquilizar a los niños. Ya sé que resulta muy sencillo entretenerlos en la sala de espera del pediatra o mientras intentamos tomar un café con un amigo, recompensarlos por terminarse un plato de comida o distraerlos mientras les ponemos el pijama. La tecnología puede parecer una buena herramienta para solucionar este tipo de problemas, pero no lo es. Estas estrategias impiden que el cerebro aprenda a esforzarse, a concentrarse y a retrasar las gratificaciones. Al recurrir a ellas, le estamos dando permiso al cerebro para distraerse.

  • Anima a tus hijos a practicar ejercicio. Seguramente no sea casualidad que muchos atletas profesionales sufran TDAH. La actividad física ayuda a los niños a concentrarse mientras prestan atención a sus movimientos corporales. Seguramente sea la mejor forma de mantener a tus hijos alejados de las pantallas y de ayudar a los niños hiperactivos a canalizar su energía de forma beneficiosa para su cuerpo y su cerebro.

  • Procura pasar más tiempo con ellos. Además de las tendencias que he mencionado antes, hay una tercera que los psicólogos consideran un factor relevante a la hora de explicar la incapacidad de los niños para desarrollar autocontrol o tolerar la frustración, y es la reducción del tiempo de calidad que los padres comparten con sus hijos. La principal causa suele ser la dificultad de conciliar la vida familiar y la laboral, pero creo que este problema también está relacionado con la adicción de los propios padres a las pantallas. Recuerda que debes desconectar del teléfono al llegar a casa, al menos durante las comidas. Apágalo. Escóndelo. Tómate el tiempo necesario para desconectar y dedicarles a tus hijos la atención que se merecen cada día. Convierte los abrazos, los juegos y la lectura en parte de vuestra rutina diaria. Da el cien por cien como padre. Es el mejor ejemplo que podemos darles, tanto a ellos como a su cerebro.

Anterior
Anterior

¿Cómo enfrentarse al Ciberbullying?

Siguiente
Siguiente

Así es el cerebro de tus hijos en verano